Me salió del alma, recitar esta vez, un poema en homenaje a esta Ley que nos da la igualdad.
Te amo hoy, y es todo cuanto importa.
Hoy te amo por sobre todas las cosas
porque tú me amas de igual manera.
No hay dudas en el amor
y si se instala el miedo
lo venceremos juntas.
Reclamo tu boca,
tu corazón que me llena de alegrías.
Y no importa
si en una esquina
se quedó olvidado
un racimo de viento incierto.
Si te miro a los ojos, veo el cielo.
Si te cojo las manos, siento la dicha
que hizo su nido en mi alma.
En nada nos equivocamos hoy:
que todo lo hacemos pensando en un mañana
que aún se inexiste.
Pues es hoy cuando mi vida pende de ti
como de un hilo
que teje sueños sin medida:
la ilusión, la trascendencia, el decir:
Aquí estamos, así somos, así, hoy nos bendice la vida,
Y nunca,
Óyeme bien, nunca,
Renunciaría a esta bendición.
Te amo.
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